Las apuestas deben ser una diversión que complemente a una determinada afición, como es en este caso el mundo del deporte. Pero no hay que olvidar que también son una actividad que, como cualquier otra que implique variaciones en la química cerebral, pueden llegar a causar adicción y resultar peligrosas en determinados casos.
Preguntas
- ¿Ha interferido el juego en tus estudios, trabajo o en tu casa?
- ¿Ha sido el juego causa de discusiones o problemas serios con tu familia o amigos?
- ¿Has ocultado a tu familia o amigos la frecuencia con la que juegas?
- ¿Alguna vez has dicho que estabas ganando cuando en realidad estabas perdiendo?
- ¿Has tenido que incrementar la cantidad que apuestas para que el juego te siga resultando emocionante?
- ¿Has apostado con frecuencia para escapar de tus problemas personales?
- Tras perder dinero apostando, ¿has vuelto a jugar a los pocos días para recuperar lo perdido?
- ¿Has intentado conseguir dinero para apostar empleando algún medio ilegal?
- ¿Has usado dinero prestado de tu familia o amigos para apostar?
- ¿Has vuelto a apostar tras prometerte a tí mismo no volver a hacerlo?
Si has contestado positivamente a la mayoría de las preguntas aquí expuestas, es muy posible que las apuestas deportivas, y el juego en general, hayan dejado de ser una diversión para convertirse en un problema. Te recomendamos que te plantees utilizar algunos de los sistemas de autoprotección que ofrecen las casas y, si esto no es suficiente, buscar ayuda externa en organizaciones especializadas en tratamientos contra la adicción.
Autoprotección y ayuda
Autoprotección: Las casas de apuestas en Internet disponen de métodos de autoprotección para sus clientes. Desde el Sistema de Autolimitación, que restringe tanto la cantidad a apostar como la frecuencia de las apuestas, hasta el Sistema de Autoexclusión, que impide la realización total de apuestas al usuario.
Ayuda externa: El tratamiento comienza con el reconocimiento del problema. Las personas con problemas con el juego, con frecuencia, se niegan a aceptar que tienen un problema y que necesitan tratamiento. El uso de terapia, los grupos de apoyo y las asociaciones contra las adicciones son la mejor ayuda.
Menores: Las apuestas deportivas están prohibidas para menores de 18 años. Desde su sistema operativo puede activar, por ejemplo, el Windows Parental Controls. También existen en Internet diferentes y variados programas gratuitos externos para bloquear el acceso a las páginas a los menores de edad.
Al igual que con el alcoholismo o la drogadicción, las personas con problemas con el juego tienden a empeorar sin tratamiento. Sin embargo, las personas con problemas con el juego tienen un muy buen pronóstico con el tratamiento adecuado, logrando en muy altos porcentajes la recuperación.